El efecto Constancia

diciembre 22nd, 2008 § 2.257 comments § permalink

Constancia, o Constance, que en realidad es su verdadero nombre pero a mí me cuesta un montón pronunciarlo, es sin mentir o exagerar la mujer más cercana a los dioses que he conocido. Aunque si ella se entera que la admiro de esa forma, sin pensarlo ni un instante me desmentiría por completo y tal vez hasta trataría de desasociarse de mí. Bueno, exagero, pero así de humilde es y considera que es el universo el que se encarga de las buenas acciones que sin duda, es ella quien las organiza y las realiza.

Desde hace cuatro años fundó y abrió las puertas del refugio de mujeres del que hablo a menudo. Sus incansables esfuerzos (y el de su equipo) para rescatar, ayudar y mejorar la vida de mujeres que se encuentran en las más graves condiciones, por decir algo pero no todo, pues sería imposible, son de una belleza fascinante. Hay tanto que aprender, tanto por que luchar, y yo he tenido la suerte de trabajar de la forma más directa con alguien que entiende el sistema, que conoce la vía rápida a una ayuda verdaderamente efectiva y eficaz. Esta mujeronga se las sabe todas, no se le escapa una, le encuentra las cinco pata a todo gato que le pase por delante. Y lo más importante, genera esa necesidad de ayudar y resolver en todos los que cruzamos su camino. El efecto constancia funciona de la siguiente manera, si alguien sostiene una conversación con ella por más de cinco minutos, con certeza se engancha a la misión, de una forma u otra.

El sábado pasado realizamos una fiesta en el patio del refugio. A Constance se le ocurrió, con motivo de las celebraciones de fin de año, hacer algo especial para los niños y para las madres embarazadas de Overtown que no siempre tiene acceso a los cuidados médicos tan necesarios. O sea que, se organizó una especie de feria de salud donde participaron varias clínicas y repartimos regalos a los niños. Logramos que nos donaran más o menos mil juguetes, los refrescos, libros, lápices de colores, marcadores, plastilina, juegos de vídeos, decoraciones festivas, trajes de Barney y Elmo, etc. Las recién graduadas como ayudantes de cocina prepararon el almuerzo. Con la indispensable ayuda de varios voluntarios manejamos la fiesta, hasta unas queridísimas estudiantes de arte de FIU pintaron a más de trescientas caras e inventaron manualidades festivas para todos los niños. Una de las maestras de mis hijas llegó a leer historias infantiles.

Entre tantas actitudes y aptitudes que admiro en esta diosa, me sorprende que en medio del gran compromiso que es llevar el refugio, recaudar por todos lados posibles donaciones, estar pendiente de la salud y el bienestar de las huéspedes y todo lo que abarca un lugar como el Lotus House, que Constance esté pendiente de las fiestas, y del los niños del barrio, que cuando llegue el 25 tal vez no tendrán regalos, y se zumbe a (con un presupuesto mínimo) organizar una fiesta por todo lo alto para esos niños que tal vez esa será a la celebración más grande que asistirán en todo el año y esos regalos que dimos serán los únicos en esta Navidad. Terminó siendo una fiesta maravillosa, en un caos delicioso, y ni un niño se fue a casa con las manos vacías… aunque casi, porque no quedó ni un juguete.

Estas son algunas de las imágenes del sábado:

Acción de Gracias y 364 días más

noviembre 28th, 2008 § 1 comment § permalink

Ayer fuimos a un refugio en Overtown a servir comida para aproximadamente 500 personas. Es un refugio al que le dedico hartas horas y mucha energía, pues cada vez que voy me engancho con un nuevo proyecto, siempre con el mismo fin (ya sea recaudar dinero, despachar donaciones, organizar un evento) de ayudar a las mujeres que son huéspedes de allí, del LotusHouseShelter, y que no hace mucho vivían en las calles, en las peores condiciones que uno, en su adormecido delirio de existir, no se puede imaginar.

Para mí el día de Acción de Gracias no tiene el más mínimo significado, ni siquiera me gusta el guanajo, y menos que menos el relleno. Es una costumbre o una celebración relativamente nueva en mi entorno y que no termina de convencerme del todo, pues me resulta algo sospecho que en un día se concentren las acciones de un año. Más o menos por ese motivo fue que terminamos despachando comida. La casa, como le llamamos los que la queremos como tal, de sus propios fondos preparó las condiciones para este maravilloso manjar que fue donado por unas de esas fuerzas que mantienen viva la organización, e invitó, como viene haciendo en los últimos cuatro años, a los que no tienen qué comer o simplemente adónde ir, y allí se pasa en familia, en el corazón del vecindario más pobre y peligroso de Miami.

Desde semanas antes los teléfonos no dejaban de sonar. Un abundante grupo de personas se había ofrecido para venir a trabajar como voluntarios en el día del pavo. La gente suele solidarizarse mucho en épocas festivas. Por más inverosímil que parezca, tuvimos que rechazar a casi todo el que llamó, y elegir únicamente a aquellos que normalmente demuestran cierta conciencia, ya sea como voluntarios o donadores, por esta comunidad de mujeres abandonadas, maltratadas, etc., etc., etc. Es muy lindo poder dar con desmesura el día más apropiado del año, pero este refugio, como muchos, funcionan las veinticuatro horas del día, sin parar.

Por pura curiosidad llamé a varios refugios que planificaban un evento parecido al nuestro, para investigar a fondo, y en efecto, en todos me dijeron lo mismo, que ya tenían demasiado personal para ese día, sin embargo tan pronto como al día siguiente me podían poner a trabajar como voluntaria.

Si alguna de mis varitas mágicas tuviera de verdad el poder de cambiar las cosas, distribuiría ese auxilio que tanto la gente anhela dar en ese día en particular y a veces no puede, y llenaría los otros días del año, como tanto hace falta en la mayoría de las organizaciones locales.

Aquí van unas fotos de algunos de ellos que al menos ayer tuvieron dónde comer y con quién pasar unas horitas de amena festividad.

Un caso de cakes

octubre 27th, 2008 § 0 comments § permalink

En el primer aniversario de la apertura del Lotus House Shelter, una organización que hospeda a más de cincuenta mujeres al año con el fin de sacarlas de las calles y ayudarlas a rehacer sus vidas, Shelby Hinds donó un cake que midió 2’ de ancho por 3’ de largo que endulzó a más de 400 personas. Le tomó seis semanas para esculpir las flores de azúcar y unas treinta horas para hornear la masa y decorar el cake. En aquel momento tenía apenas 14 años, y 13 cuando fundó su compañía, Just In Cakes. Ahora tiene 16 años y junto a unas amigas ha fundado una organización que se llama PANDA. Es un club que se enfoca en concienciar a sus compañeros de la escuela acerca de los animales maltratados y en peligro de extinción. Entre otras cosas, organizan ventas de dulces que Shelby prepara, y las ganancias las donan a organizaciones que protegen los derechos de los animales. Según Shelby, los animales no pueden hablar, así que alguien tiene que hablar por ellos.

Su pasión y compromiso con la comunidad va más allá del horno. Shelby también ha organizado recaudaciones en su escuela para que todos donen su poquito. De su propia iniciativa, ella maneja hasta el más mínimo de los detalles. Presenta los anuncios, fabrica los afiches de promoción, pone la caja de donaciones en la biblioteca y persuade a sus amigos a que contribuyan. Además, dona un porcentaje de las ganancias que acoge su compañía Just In Cakes a cualquiera que sea la causa de las recaudaciones.

¿De dónde vienen las ideas pasteleras? Arte. Shelby dice que vestir un cake es como esculpir. Cada vez que tiene una idea, quiere hornear. El primer cake que hizo fue inspirado en las nenúfares de Monet. Para este año tiene pensado elaborar una lata de sopa, la de Andy Warhol. Un cake que donará con motivo al día de Acción de Gracia para nuevamente 400 personas. No es fácil manejar el estrés que puede producir tal proyecto, pero Shelby dice que por más difícil que se haga, vale la pena, y el resultado final es el pago que ella busca.